Es un camino para los sentidos: colores, aromas, la combinación perfecta entre las rocas y acebuches que pueblan la isla y su transformación en muros infinitos y portillos tan sencillos como funcionales, inevitable pensar en generaciones de hombres y mujeres trabajadores que han dibujado con sus manos un paisaje tan particular.
El Camí es mucho más que una ruta de senderismo, son sensaciones a cada paso: siente el viento, respira hondo, huele, báñate, comprueba que el color de agua es real y no han pintado el fondo y que en una playa se juntan caprichosamente arenas y rocas ocres y granates… Todo ello paso a paso hasta que completes con tus huellas el mapa de Menorca.
La organización inmejorable, la información, los traslados, la buena relación calidad precio de los alojamientos y el buen hacer de todo vuestro equipo. Mil gracias, para recomendar y para repetir.